La historia del Teorema de Pitagoras, se remonta a la geometría griega, que es una mixtura de mitos, magia, formas y reglas, y gran parte gira en torno a la popular figura del matemático Pitágoras. Efectivamente, sin este personaje, la escuela quizás no pudo haber sido concebida ni tampoco lo que se conoce como matemáticas hoy en día.
A finales del siglo VI a.C fue aún un tiempo de ocultismo. Aquí la mayoría de los hombres permanecía creyendo que los dioses y los espíritus se revolvían en los árboles, el viento y los rayos. Los cultos eran notorios en todo el mundo griego, a lo que se les llamaba «misterios». Estos cultos aseguraban acercar a sus secciones a los dioses en ceremonias recónditas.
Pitágoras fue el cabecilla de uno de estos cultos. Su culto, destacado como la hermandad secreta, veneraba los números y las relaciones numéricas. Su nombradía de sabiduría y magia creció tan enérgica que inclusive cuando todavía estaba vivo, algunas personas lo historiaban a él como el fruto del dios Apolo.
Pitágoras nació y creció en la isla de Samos, en Grecia, y viajó bastante por Egipto, aprendiendo, entre otras cosas, las matemáticas. Sin embargo la historia inicial de su vida no se conoce mucho. Pitágoras ganó su célebre estatus al formar un grupo, la Fraternidad de los pitagóricos, que se propuso al estudio de las matemáticas. El grupo era casi de culto, ya que tenía insignias, rituales e invocaciones. Asimismo, Pitágoras creía que «Los números gobiernan el universo», y los pitagóricos le proporcionaron valores numéricos a muchas cosas e ideas. Estos valores numéricos, a su vez, estaban conferidos de cualidades místicas y espirituales.
Cuenta la leyenda, que al finalizar su afamado teorema, Pitágoras inmoló 100 bueyes. Aunque se le acusa la invención del famoso teorema, no es viable decir si Pitágoras es el autor efectivo. Los pitagóricos trazaron muchas pruebas geométricas, pero es difícil comprobar quién demostró qué, ya que el conjunto quería conservar sus hallazgos en secreto. Desgraciadamente, este voto de secreto imposibilitó que una trascendental idea matemática se hiciera pública. Los pitagóricos habían descubierto los números irracionales, por ejemplo, si tomamos un triángulo rectángulo con lados de medida 1, la hipotenusa medirá 2 sqtr. (ver articulo:Historia de Windows)
Pero este dígito no se puede formular como una longitud que se puede evaluar con una regla fraccionada en partes, y eso alteró extremadamente a los pitagóricos, que creían ese «Todo es un número». A raíz de esto, llamaron a estos números «alogon», que expresa «indecible». Tan sorprendidos estaban los pitagóricos por estos números, que asesinaron a un miembro que se osó a mencionar su objetividad al público. Sería 200 años más tarde que el matemático griego Eudoxus desenvolvió una forma de contender con estos números incontables.
El Teorema de Pitágoras, es un teorema geométrico bien acreditado, que diceque la suma de los cuadrados en los lados de un triángulo rectángulo, es igual al cuadrado de la hipotenusa, que es el lado inverso al ángulo recto, y matemáticamente se puede expresar como a2 + b2 = c2. Aunque el teorema se ha incorporado durante mucho tiempo con el matemático y filósofo griego Pitágoras, realmente es mucho más viejo. Existen cuatro tablas babilónicas de circa entre 1900 y 1600 a. C. que enseñan algún discernimiento del teorema, o al menos de enteros especiales conocidos como tripletas pitagóricas que lo integran.
El teorema se señala en el Baudhayana Sulba-sutra de la India, que fue publicado entre los años 800 y 400 a.C. No obstante, el teorema llegó a ser conocido por Pitágoras. También es la propuesta número 47 del Librode Euclides Elementos I. El teorema de Pitágoras y las participaciones de los triángulos en ángulo recto consideran ser los adelantos matemáticos más antiguos y ampliados luego de la aritmética básica y la geometría, y se afrontaron en algunos de los pasajes matemáticos más arcaicos de Babilonia y Egipto, que proceden de más de mil años previos. (ver articulo: El Correo)
Una de las evidencias más escuetas desciende de la antigua China, y factiblemente data de mucho antes del inicio de Pitágoras. No obstante, fue Pitágoras quien proporcionó al teorema su forma final, aunque no está sosegado si el propio Pitágoras lo expuso concluyentemente o simplemente lo relató. De cualquier forma, se ha transformado en uno de los teoremas matemáticos más nombrados, y existen hasta 400 pruebas distintas, algunas geométricas, otras algebraicas, y algunas involucran ecuaciones diferenciales progresadas, entre otras.
Conforme con el historiador sirio Iamblichus, Pitágoras fue incrustado en las matemáticas por Tales de Mileto y su alumno Anaximandro. En dado caso, se sabe que Pitágoras anduvo por Egipto cerca del 535 a.C para extender su estudio, fue apresado durante una algarada en el 525 a.C por Cambises II de Persia y espigado a Babilonia, y, probablemente, puede haber visitado la India antes de retornar al Mediterráneo. Pitágoras veloz se reinstaló en Croton, Italia, e instauró una escuela, o en términos modernos un templo, donde todos los alumnos tomaron votos cabales de secreto, y todos los distintos resultados matemáticos durante varios siglos se cargaron a su nombre.
Consecuentemente, no solo no se conoce la primera tentativa del teorema, también hay algunas dudas de que el propio Pitágoras manifestó efectivamente en el teorema que lleva su nombre. Algunos aplicados apuntan que la primera prueba fue la que se expone en una figura clasica. Posiblemente fue descubierto libremente en diversas culturas diferentes. El Libro I de los Elementos clausura con el famoso «molino de viento» de Euclides, que es una prueba del teorema de Pitágoras. Más delante en el Libro VI de los Elementos, Euclid brinda una manifestación aún más fácil usando la propuesta de que las áreas de triángulos similares son conformes a los cuadrados de sus lados oportunos.
Supuestamente, Euclid concibió la prueba del molino de viento para poder colocar el teorema de Pitágoras como la piedra fundamental del Libro I. Aún no había justificado, como lo hizo en el Libro V, que las distancias de línea pueden manejarse en proporciones como si fueran números valorizables o enteros. El problema que afrontó se explica en la barra lateral de “Incommensurables”.
Se han inventado muchos ensayos y ramificaciones desiguales del teorema de Pitágoras. Tomando desenvolvimientos primero, el mismo Euclides expuso en un teorema alabado en la antigüedad que toda figura regular proporcionada dibujada en los lados de un triángulo rectángulo devuelve la relación pitagórica, ya que la figura trazada en la hipotenusa posee un área igual a la suma de las áreas de las figuras trazadas en los lados. Los semicírculos que delimitan a Hipócrates de Chios son modelos de tal extensión.
En el libro “Nueve capítulos” en los ordenamientos matemáticos, asociado en el siglo I a.C en china, se dan diferentes problemas, junto con sus soluciones, que involucran la búsqueda de la distancia de uno de los lados de un triángulo rectángulo cuando se indican su otros dos lados. En la observación de Liu Hui, del siglo III, este brindó una prueba del teorema de Pitágoras que pedía seccionar los cuadrados de los lados del triángulo rectángulo y reorganizarlos, para que pertenezcan al cuadrado de la hipotenusa. No obstante su dibujo original no sobrevive.
El teorema de Pitágoras ha hechizado a la gente durante mas de 3.000 años, y ahora se estima que hay 367 pruebas distintas, envueltas las del matemático griego Pappus de Alejandría, el matemático y médico árabe Thábit ibn Qurrah, el artista e inventor italiano Leonardo da Vinci, e inclusive un presidente de los Estados Unidos, James Garfield.
Ocasionalmente se asevera que le correspondemos las matemáticas puras a Pitágoras, y que regularmente se le llama el primer matemático verdadero. Pero, aunque su tributo fue claramente importante, sigue siendo una figura discutida. Él mismo no dejó trazados matemáticos, y gran parte de lo que conocemos sobre el pensamiento pitagóreo procede de las escrituras de Filolao y otros eruditos pitagóricos ulteriores. De hecho, no está sosegado si muchos de los teoremas que se le imputaron fueron solucionados por Pitágoras en persona o por sus discípulos.
La escuela que instauró en Croton en el sur de Italia cerca del año 530 a. C. era el foco de una secta pitagórica bastante confinada. Aunque el movimiento pitagórico estaba sujeto en gran parte por las matemáticas, también era intensamente místico, y Pitágoras asignó sus filosofías cuasi religiosas, un vegetarianismo cabal, vida patrimonial, ritos secretos y reglas extrañas en todos los órganos de su escuela. A Pitágoras también se le imputa el develamiento de que los intervalos entre notas musicales melodiosas siempre tienen relaciones de números enteros. Por ejemplo, tocar la media de la longitud de una cuerda de guitarra da la idéntica nota que la cuerda separada, pero una octava más alta; un tercio de una longitud da una nota desigual pero armoniosa.
El contemplativo Pitágoras estaba tan agitado por este descubrimiento que se persuadió de que todo el universo se fundaba en números, y que los planetas y las estrellas se sacudían según ecuaciones matemáticas, que pertenecían a notas musicales, y así causaban una especie de sinfonía, llamada «Música de las esferas». Entre sus otros frutos en geometría, Pitágoras también se dio recuento de que la suma de los ángulos de un triángulo es igual a dos ángulos rectos que forman 180° grados, y posiblemente también la publicación que establece que la suma de los ángulos íntimos de un polígono con n lados es igual a 2n – 4 ángulos rectos, y que la suma de sus ángulos externos es igual a 4 ángulos rectos.
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