Aprenda todo lo que necesitas saber sobre la Historia de Zacarías

La biblia trata sobre una variedad de personajes que si bien han sido de gran influencia para los pueblos de la época, sus legados se mantienen aún en nuestra época. Hoy hablaremos un poco sobre uno de esos grandes personajes de la biblia, sobre la Historia de Zacarías.

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Historia de Zacarías y Elizabeth

La historia de Zacarías y su esposa Elizabeth, es una historia curiosa porque no podían tener hijos. Zacarías y su esposa Elizabet eran judíos y vivían cerca de Jerusalén. Ellos eran temerosos de Dios y por ende, obedecían sus mandamientos.

Ellos tenían el deseo de tener un hijo y por muchos años habían orado a Dios pidiendo tener un bebé, pero cuando ya eran viejos, todavía no habían tenido hijos. Zacarías era un sacerdote en el templo. Un día lo visitó un ángel llamado Gabriel y le dijo que Dios no se había olvidado de las oraciones de él y de Elisabet y que tendrían un bebé. Gabriel dijo que debían ponerle al bebé el nombre de Juan.

Además, Gabriel le dijo que Juan sería un gran profeta recto de Dios y que enseñaría a la gente acerca de Jesucristo, el salvador de la humanidad. Zacarías dudó de lo que le dijo el ángel porque Elizabeht ya estaba muy anciana para tener un bebé, entonces, Gabriel le dijo a Zacarías que como no había creído lo que Dios le había prometido, que no podría hablar hasta que naciera Juan.

Por otro lado, María y José vivían en Nazaret. Eran personas muy buenas; se amaban y se iban a casar, además de ser obedientes a Dios. Un día, el ángel Gabriel visitó a María y le dijo que Dios la bendeciría con un hijo. Gabriel le dijo a María que ella sería la madre del Hijo de Dios, que su nombre sería Jesús y que sería el Rey de todas las personas rectas y de las naciones.

María estaba contenta con la noticia y dijo que obedecería al Padre Celestial y sería la madre de Jesús. El ángel Gabriel le dijo a María que Elisabet también iba a tener un niño varón. María y Elizabeth eran parientes, por lo que María fue a visitar a Elizabeth, y el Espíritu Santo le dijo a Elzsabeth que María sería la madre de Jesucristo. Las dos mujeres dieron gracias a Dios por bendecirlas y además estuvieron juntas tres meses y después, María regresó a su casa en Nazaret.

Entonces llegó el día tan esperado por Elizabeth y Zacarías, el nacimiento de su hijo. Sus amigos y su familia estaban reunidos con ellos e igual de felices por el nuevo integrante de la familia. Ellos creyeron que Elizabeth lo nombraría Zacarías, como su esposo, pero Elizabeth dijo que debía llamarse Juan, dejando a todos los reunidos sorprendidos. Las personas le preguntaron a Zacarías cuál debía ser el nombre del bebé, y él escribió que el nombre del niño sería Juan, recuerden que aun no podía hablar.

Momento después de haber escrito el nombre de su hijo,  Zacarías pudo volver a hablar y fue lleno del Espíritu Santo. Les dijo a las personas que pronto nacería Jesucristo y que Juan prepararía a la gente para recibirlo. Juan creció y llegó a ser un gran profeta. Enseñó a la gente acerca de Jesucristo.

Zacarías el profeta

En la biblia podemos encontrar una gran variedad de personajes que hicieron mal y muchos otros que hicieron bien, algunos de ellos fueron profetas de Dios, Zacarías fue uno de esos profetas, aunque es considerado un profeta menor, pero sus profecías fueron certeras.

En el antiguo testamento, Zacarías, cuyo nombre significa: Yahveh Ha Recordado, fue uno de los profetas menores. Zacarias «el grande» se llama a sí mismo hijo de Berekías hijo de Idó, aunque, en otros pasajes se omite el nombre de Berekías. (Ver también: Historia de Jesús)

Se estima que probablemente nació en algún lugar de Babilonia, tomando en cuenta que su actividad profética empezó tan solo 17 años, después del regreso del exilio, por lo que es razonable pensar que para entonces tenía más de 17 años, Aunque aun se le consideraba un hombre joven.

Yahveh o Jehová se valió de Zacarías y Hageo para animar a Zorobabel, quien era el sumo sacerdote Jesúa y a los exiliados que habían regresado a terminar la reconstrucción del Templo de Dios, aun cuando todavía estaba en vigor una prohibición del gobierno persa. La profecía de Zacarías contiene mensajes que pronunció con ese fin durante un período de dos años y un mes.

Según la interpretación de muchos teólogos cristianos, una de las profecías mesiánicas que se recogería el libro de Zacarías en el capítulo 11 versículos del 12 al 13, haría referencia al precio que los sacerdotes principales ofrecieron a Judas por entregarles a Jesús, el precio fueron 30 moneas de plata. Es una profecía antigua, pero que fue cumplida cuando el mesías fue apresado.

Otra de las grandes profecías de Zacarías, se dice que el monte de los Olivos se separaría en dos y que además de eso, éste se allanaría, como cuando el valle del Hinón se allanó por un terremoto que ocurrió en tiempos de Ozías o también conocido como  Azarías, rey de Judá que reinó desde el año 809 al año 759 a. C.

Si nos ponemos a ver el registro de terremotos anteriores al siglo XX cristiano, hay uno que data de octubre del año 759 a. C., en Israel, y si nos ponemos a comparar los datos, resulta que ese año es precisamente el último año del reinado de Ozías en Judá. En fecha hebrea era el año 3002 de la Era Hebrea que comenzó un 7 de octubre, el mismo día y mes de ese terremoto en Israel.

Zacarías en la biblia

El libro de Zacarías es un libro que pertenece al Antiguo Testamento de la Biblia y de la Tanaj judía, escrito por el profeta Zacarías. Se cree que fue escrito después del destierro, alrededor del año 520 a. C., cuando Zorobabel fue nombrado gobernador por los persas.

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En el libro, aquel profeta empieza con una exhortación a la conversión, insistiendo en que se debe recordar la predicación de los profetas anteriores al exilio con el propósito de dar ánimos a a la generación presente. Este prefacio indica la fecha del otoño del año 520 a. C.

Después de ello, el libro continúa con una serie de ocho visiones, que comienzan en febrero del año 519 a. C. Las visiones son, probablemente, una mirada simbólica a la historia de Israel, cuyo objetivo sea proporcionar consuelo a los retornados del exilio y estimular la esperanza en su ánimo como una nación.

En el primer capítulo del libro, Zacarías tiene la visión de un hombre que viene montado en un corcel rojo, y detrás de él vienen otros caballos rojos, alazanes y blancos. Entonces, Yahvéh dice que tanto Jerusalén como Sion serán consoladas.

En el segundo capítulo, Zacarías tiene otra visión. En esa visión aparecen cuatro cuernos, que simbolizaban a los enemigos de Yahvéh, y además, cuatro herreros para abatirlos. Luego de ésta, Zacarías tiene otra visión más: Un hombre que tiene una cuerda para medir Jerusalén -la cual Yahvéh protegería- siendo «muralla de fuego en torno, y gloria dentro». Finalmente se advierte del castigo contra los babilonios enemigos de Sion: «El que toca a vosotros, a la niña de mis ojos toca»; «serán despojo de sus mismos esclavos».

En el capítulo tres del libro de Zacarías, Satán acusaba al Sumo Sacerdote Josué y el ángel de Yahvéh lo calla. Las ropas viejas del sacerdote son cambiadas por otras nuevas. Entonces, Yahvéh dice que traerá a su siervo «Germen» y que en una piedra con siete ojos grabaría su inscripción. Este capítulo confuso se ha prestado a diversas interpretaciones mesiánicas y a sido objeto de estudios por los teólogos durante años.

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En el capítulo cuatro, el profeta Zacarías tiene la visión de un candelabro que tiene  siete ojos y dos ramos de olivo, que representaban a dos Ungidos. Zorobabel reconstruirá el edificio derruido. Otra visión se narra en el capítulo quinto, ésta visión trata de un rollo volando, el cual significa que el ladrón y el que jura en vano serían expulsados. Y se añade una nueva visión: una mujer sentada sobre una medida que simboliza el mal. Dos mujeres con alas como de cigüeña se la llevan a Senaar.

En el capítulo seis se narra la visión de dos montes de bronce de los que salen cuatro carros de cada uno de ellos; en el primero habían caballos rojos; en el segundo había caballos negros; en en tercero caballos blancos y en el cuarto, tordos. Zacarías dice que Yahvéh le ordena coronar a Josué, al que llamaría Germen. Esto indica que es a él a quien se refería la anterior mención a un Germen, y no a Jesucristo u otro Mesías.

En los capítulos 7 y 8, acontecen dos años más tarde, y son una respuesta a la cuestión de si los días de duelo por la destrucción de la ciudad deberían de continuar o no. Además de una mirada retrospectiva sobre el pasado nacional contiene un mensaje dirigido al pueblo asegurándoles la presencia de Dios y su bendición. Zacarías retrata un futuro mesiánico bajo la metáfora de una tierra próspera hacia la cual las naciones vienen en peregrinación, ansiosos de seguir al Dios de Israel.

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